Habitar un Coderch / Barcelona
Reforma integral de una vivienda situada en el emblemático edificio Banco Urquijo de Barcelona, obra del maestro José Antonio Coderch. La transformación del piso recupera la esencia original del proyecto de Coderch, con un lenguaje contemporáneo.
Proyecto ganador del PREMIO DE INTERIORISMO ASCER 2021
En 1967 José Antonio Coderch proyecta, por encargo del Banco Urquijo, un grupo de viviendas en un solar situado en el barri de Sant Gervasi de Barcelona. La construcción finaliza en 1973.
El conjunto constaba de seis bloques exentos, con elementos muy característicos: grandes jardineras en la planta baja, fachadas con revestimiento de plaquetas cerámicas dispuestas en vertical, ventanas en esquina y cerramientos de lamas verticales de madera para controlar la entrada de luz e impedir las visuales directas entre viviendas. Gracias al retranqueo de las plantas, se logra que la luz sea de gran calidad y venga siempre del exterior.
El estudio vilablanch recibió el encargo de reformar una vivienda situada en el emblemático edificio Banco Urquijo, que contaba con una estética muy ornamentada, más cercana a un piso del Eixample que a una obra de Coderch. Los clientes querían transformarla en un hogar contemporáneo para una familia con hijos, bajo una premisa muy clara: recuperar la esencia original del proyecto de Coderch.
En cuanto a distribución, la reforma debía cumplir dos requisitos clave: tener una zona de día con espacios muy conectados que pudieran “desconectarse” fácilmente, y contar con 4 habitaciones y 3 baños en la zona de noche.
Para ser fieles al proyecto de Coderch, el primer paso fue buscar los planos originales en el Archivo Histórico de la ciudad. La distribución definitiva de la vivienda surge tras estudiar y entender muy bien cómo era el edificio y la distribución original de la planta. Según el proyecto original, la planta tipo contenía dos viviendas de 205 m2por rellano, simétricas. En el interior, el vestíbulo articulaba tres zonas diferenciadas: zona de día ocupando la franja central, zona de noche con varios dormitorios y zona destinada al servicio doméstico.
La reforma conserva la distribución original en la zona de día, muy marcada por las terrazas y aperturas de fachada, pero crea una gran conexión visual y espacial de las tres zonas -salón, comedor y cocina- a través de tres puertas correderas. Un práctico recurso que permite mantener las estancias totalmente conectadas o disponer de mayor privacidad, según se desee. Se recuperan la chimenea y la librería integrada que figuraban en los planos originales, y se incorpora un banco a medida, elemento también muy coderchiano.
La cocina, tanto en distribución como en estética, evoca la cocina original y mantiene su galería con luz natural. Las habitaciones -conectadas todas a fachada- buscan una distribución que permita aprovechar al máximo la luz exterior, una de las principales preocupaciones de Coderch. Los núcleos interiores, sin luz, se destinan a los baños.
Los cambios más destacados en la distribución son la desaparición de la zona de servicio (su dormitorio se incorpora al comedor y su baño se convierte en zona de lavado) y la transformación de un baño en dormitorio.
Se crea una caja arquitectónica muy neutra y limpia que resalta la carpintería original de Coderch. Se eligen tonos tranquilos buscando dar calidez a los espacios y potenciar los juegos de luces y sombras tan característicos del arquitecto.
Se instala suelo radiante con pavimento continuo en todo el piso, excepto en la habitación de matrimonio, donde se incorpora otro recurso coderchiano: uso de moqueta que sube hacia la pared, actuando como cabezal de la cama.
Se restaura la mayor parte de la carpintería interior original (ventanas de fachada, puertas de entrada y armarios del pasillo). Allí donde la carpintería estaba en mal estado o no existía, se incorporan nuevas puertas de madera de cedro, buscando un acabado y tonalidad fiel a la madera original.
Los clientes querían incorporar algunas notas de color a la vivienda. Se introduce en baños y cocina, a través de los revestimientos cerámicos. Intencionadamente, se eligen piezas cuyo formato recuerda las plaquetas de cerámica prensada de la fachada. Piezas rectangulares en cuatro tonalidades distintas: una más sobria para la cocina, una más tranquila para el baño suite, y dos más alegres para los baños de los hijos.